La semana pasada, un profesor de inglés de una escuela secundaria en la zona de Dajia, en la ciudad de Taichung, causó revuelo en clase al decir “… si realmente estudian y se esfuerzan, no se convertirán en personas de bajos ingresos”. Los estudiantes se indignaron al enterarse de que había estudiantes de bajos ingresos en su clase, pero el profesor les dijo “Solo acepto disculpas de una persona, vengan a verme después de clase”. Esto llevó a que sus compañeros de clase cuestionaran si su comentario tenía un tono discriminatorio. Ante esto, el Departamento de Educación de Taichung ha declarado hoy (14) que la escuela ha sido alertada y el profesor se siente arrepentido, y se fortalecerán las actividades de orientación y enseñanza positivas entre maestros y alumnos.
Esta situación nos recuerda la importancia de ser cuidadosos con nuestras palabras, especialmente cuando estamos en una posición de autoridad como profesores. Las palabras tienen poder y pueden afectar a las personas de diferentes maneras. A veces, incluso las palabras más pequeñas pueden herir a alguien sin que nosotros lo sepamos.
Es comprensible que un maestro pueda estar preocupado por el rendimiento académico de sus estudiantes. Sin embargo, no debemos juzgar ni discriminar a los estudiantes en función de su situación económica. Todos tenemos nuestras propias luchas y es importante que seamos empáticos y comprensivos entre nosotros.
Como estudiantes, es importante que aprendamos a no tomar todo lo que escuchamos como verdad absoluta y a cuestionar lo que nos dicen, incluso si proviene de una figura de autoridad. También es importante ser respetuosos y expresar nuestras preocupaciones de manera adecuada.
Es alentador ver que el Departamento de Educación ha tomado medidas en este incidente y que el profesor se siente arrepentido. Esperamos que en el futuro, tanto maestros como alumnos puedan aprender y crecer juntos en un ambiente de respeto y tolerancia.
Al final, todos tenemos la responsabilidad de promover un ambiente escolar positivo y acogedor para todos. No importa nuestras diferencias, debemos recordar que todos somos iguales y merecemos respeto y dignidad. Aprendamos de este incidente y trabajemos juntos para construir una comunidad escolar inclusiva y armoniosa.
