En conmemoración del Día del Soldado el 3 de septiembre, el presidente Lai Ching-te asistió a la ceremonia de homenaje a los mártires en el Santuario de la Revolución Nacional en la mañana, como es la costumbre. Por la tarde, después de concluir su visita a Chiayi, cumplió su promesa de visitar a la abuela de Lü Chen-chi, viuda de Lü Sung-chuan, en su casa en Xinhua, Tainan. Llevó una caja de frutas como regalo y agradeció al difunto Lü Sung-chuan por su dedicación al país.
El presidente Lai Ching-te, junto con otros funcionarios del gobierno, se reunieron en el Santuario de la Revolución Nacional para rendir homenaje a los mártires que sacrificaron sus vidas por la nación. En su discurso, el presidente expresó su profundo respeto y gratitud por su valentía y sacrificio. También destacó la importancia de recordar y honrar a los héroes que lucharon por la libertad y la democracia de Taiwán.
Después de la ceremonia, el presidente Lai Ching-te se dirigió a Chiayi para continuar con su agenda. Sin embargo, antes de partir, prometió visitar a la abuela de Lü Chen-chi, viuda de Lü Sung-chuan, en su casa en Xinhua, Tainan. La abuela de Lü Chen-chi es la última viuda de un soldado que luchó en la Batalla de 823, una de las batallas más importantes de la historia de Taiwán. El presidente Lai Ching-te quería cumplir su promesa y mostrar su respeto y gratitud a la familia de Lü Sung-chuan.
Al llegar a la casa de la abuela de Lü Chen-chi, el presidente Lai Ching-te llevaba una caja de frutas como regalo y se inclinó ante ella en señal de respeto. Durante la visita, el presidente escuchó atentamente las historias de la abuela sobre su esposo y su participación en la Batalla de 823. También le agradeció por el sacrificio de su esposo y su contribución al país.
La visita del presidente Lai Ching-te a la abuela de Lü Chen-chi no solo fue un gesto de respeto y gratitud, sino también una forma de recordar y honrar a los héroes que lucharon por la libertad y la democracia de Taiwán. El presidente también expresó su deseo de que las generaciones futuras puedan aprender de la valentía y el sacrificio de los mártires y trabajar juntos para construir un país mejor.
En este Día del Soldado, recordamos y honramos a todos los mártires que sacrificaron sus vidas por la nación. Su valentía y sacrificio nunca serán olvidados y siempre serán recordados como héroes en la historia de Taiwán. Sigamos su ejemplo y trabajemos juntos para construir un país más fuerte y próspero. ¡Que su espíritu de patriotismo y sacrificio nos inspire a todos!