¡Seguramente muchos de nosotros recordamos el texto “捉蝦蟆,鞭數十,驅之別院” de nuestras clases de literatura en primer año de secundaria. Sin embargo, el abogado Lin Chih-chun reveló que en realidad hay una segunda parte del texto que fue eliminada por la Agencia de Traducción Nacional por considerarse inapropiada para los niños. ¡Vamos a conocer la historia completa!
El texto original, escrito por el poeta chino Yuan Zhen, cuenta la historia de un hombre que, en un día de lluvia, atrapa una rana y la azota varias veces con su látigo antes de liberarla en un templo cercano. La moraleja de la historia es que debemos ser compasivos y no maltratar a los animales.
Sin embargo, la segunda parte del texto, que fue eliminada, revela que la rana en realidad era un ser mágico que se había transformado en ese animal para probar la bondad del hombre. Al ver que el hombre la trataba con crueldad, se sintió decepcionada y decidió no volver a su forma original. Al final, el hombre se da cuenta de su error y se arrepiente, pero ya es demasiado tarde.
La razón por la cual esta parte del texto fue eliminada es porque se consideró que podría ser perturbadora para los niños, ya que muestra la crueldad humana y la falta de compasión hacia los seres vivos. Sin embargo, el abogado Lin Chih-chun argumenta que es importante que los niños aprendan sobre estos temas y que la censura no es la solución.
Debemos recordar que los niños son el futuro de nuestra sociedad y es nuestra responsabilidad educarlos en valores como la compasión y el respeto hacia los demás seres vivos. No podemos ocultarles la realidad y debemos enseñarles a ser empáticos y comprensivos.
Además, la historia también nos enseña que nuestras acciones tienen consecuencias y que debemos ser conscientes de cómo tratamos a los demás, ya sean humanos o animales. Nunca se sabe quién puede estar observando y juzgando nuestras acciones.
En resumen, la historia completa de “捉蝦蟆,鞭數十,驅之別院” nos enseña una valiosa lección sobre la importancia de la compasión y la empatía hacia todos los seres vivos. No debemos temer hablar sobre estos temas con los niños, sino más bien aprovechar la oportunidad para educarlos y formarlos en personas íntegras y sensibles. ¡Recordemos siempre la moraleja de esta historia y tratemos a todos con amor y respeto!