En la política entre ambos lados del estrecho, el turismo se ha convertido en una pieza clave en el juego, ya sea como una carta de apertura o como una carta de último recurso. Los límites de apertura y las restricciones repentinas han puesto en peligro el sustento de los operadores turísticos, quienes se han visto obligados a jugar en la mesa política. Según una investigación realizada por el reportero de CTWANT, aunque se ha emitido una prohibición de viajar a China, muchos operadores turísticos están operando en una zona gris al organizar viajes turísticos a China. Los operadores turísticos se quejan de que la prohibición les ha privado de sus derechos en la industria turística, convirtiendo lo que solía ser una actividad legítima en algo que se hace en secreto. Hacen un llamado a la abolición de la prohibición y a la reactivación de los intercambios turísticos.
La política y el turismo siempre han sido dos mundos separados, pero en los últimos años, la política ha estado ejerciendo una gran influencia en la industria turística entre China y Taiwán. El turismo, que solía ser una forma de promover la amistad y el entendimiento entre ambos lados, ahora se ha convertido en una herramienta para presionar y manipular. Los operadores turísticos han sufrido las consecuencias de estos juegos políticos, ya que sus medios de subsistencia se han visto afectados por las restricciones y los límites de apertura.
La emisión de la prohibición de viajar a China ha sido una de las decisiones más controvertidas en la política entre ambos lados del estrecho. Si bien se ha presentado como una medida para proteger la seguridad de los turistas taiwaneses en China, muchos ven esta prohibición como una forma de castigar a China por su postura política. Y aunque se ha dicho que esta prohibición solo se aplica a los viajes en grupo organizados, muchos operadores turísticos han encontrado formas de evadirla y continuar organizando viajes a China.
Los operadores turísticos se sienten atrapados en medio de esta lucha política, ya que su negocio depende en gran medida de los turistas que viajan entre ambos lados del estrecho. La prohibición de viajar a China ha reducido drásticamente su base de clientes y, por lo tanto, sus ingresos. Además, la prohibición ha creado un ambiente de incertidumbre en la industria turística, lo que dificulta la planificación y la operación de los viajes.
Los operadores turísticos están pidiendo al gobierno que reconsidere la prohibición y permita nuevamente los viajes a China. Argumentan que el turismo es una forma de promover la paz y la amistad entre ambos lados, y que no debería ser utilizado como una herramienta política. Además, señalan que la prohibición ha generado una situación en la que los operadores turísticos deben operar en la clandestinidad, lo que no solo es perjudicial para su reputación, sino que también pone en peligro la seguridad de los turistas taiwaneses en China.
En lugar de limitar y restringir el turismo, los operadores turísticos están proponiendo una mayor apertura y una mayor cooperación entre ambos lados del estrecho. Argumentan que esto no solo traerá beneficios económicos a la industria turística, sino que también ayudará a mejorar las relaciones entre China y Taiwán.
Es hora de que la política y el turismo se separen y se permita que el turismo vuelva a ser lo que solía ser: una forma de promover la amistad y el entendimiento entre dos pueblos cercanos. Los operadores turísticos están dispuestos a hacer su parte para lograr esto, y esperan que el gobierno también haga su parte. Solo entonces se podrá restaurar la confianza en la industria