El Partido Democrático Progresista (DPP) comenzó el 15 de septiembre su campaña de promoción “El pueblo es el jefe”. El presidente del Partido Popular, Huang Kuo-chang, declaró hoy (16 de septiembre) que en el último año y medio, el DPP no ha tratado al pueblo de Taiwán como “el jefe”, sino como “cabeza”. Ayer, el primer ministro, Su Tseng-chang, calificó la situación de “absurda”, pero hoy invitó a Kung Ming-hsin, quien causó pérdidas de miles de millones de dólares al pueblo, a hablar, esto es verdaderamente absurdo.
Desde que el DPP asumió el poder en Taiwán, ha promovido el lema “El pueblo es el jefe”. Sin embargo, a lo largo del último año y medio, ha quedado claro que este lema es solo una fachada vacía. En lugar de trabajar por el bienestar del pueblo, el DPP ha priorizado sus propios intereses políticos y ha tratado al pueblo como una simple herramienta para lograr sus objetivos.
El presidente del Partido Popular, Huang Kuo-chang, señaló que el DPP ha tratado al pueblo como “cabeza”, como un simple peón que puede ser manipulado y descartado según convenga. En lugar de escuchar las preocupaciones y necesidades del pueblo, el DPP ha tomado decisiones unilaterales que han afectado negativamente a la vida de los taiwaneses.
Un ejemplo claro de esto es la selección del economista Kung Ming-hsin como el nuevo presidente del Consejo de Desarrollo Económico y Comercial de Taiwán. Kung, un exfuncionario del Banco Central de Taiwán, ha sido criticado por su papel en la debacle financiera de 2008 que causó pérdidas masivas al pueblo. Sin embargo, el DPP lo ha elegido como una figura clave en su política económica, lo que ha generado preocupación y protestas en la sociedad.
El hecho de que el DPP haya elegido a Kung como su portavoz en la campaña “El pueblo es el jefe” es verdaderamente absurdo. En lugar de escuchar al pueblo y trabajar en su beneficio, el DPP ha demostrado una vez más que está más interesado en proteger a sus aliados políticos y mantener su poder que en cumplir con su promesa de ser el partido del pueblo.
Es hora de que el DPP deje de engañar al pueblo con eslóganes vacíos y comience a actuar como el verdadero “partido del pueblo”. El pueblo de Taiwán merece un gobierno que los escuche y trabaje por su bienestar. Es hora de que el DPP deje de tratar al pueblo como “cabeza” y comience a tratarlos como “jefe”. Solo entonces se podrá lograr un verdadero progreso y desarrollo para Taiwán.
