El columnista de Bloomberg, Karishma Vaswani, señala que la imposición de aranceles por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a China y Canadá, ha llevado a la creencia de que China intensificará su acción hacia Taiwán. Sin embargo, la realidad es que Taiwán ha estado enfrentando un largo asedio por parte de China en términos militares, económicos, diplomáticos y de guerra de percepción. A continuación, se detallará más sobre este tema.
Desde hace décadas, China ha estado presionando a Taiwán para que se una a su territorio, considerándolo como una provincia rebelde. Esta presión se ha manifestado de diversas maneras, incluyendo la construcción de bases militares en el Mar de China Meridional, el bloqueo económico y la negación de reconocimiento diplomático a Taiwán. Además, China ha realizado maniobras militares en el Estrecho de Taiwán, lo que ha aumentado la tensión en la región.
En términos económicos, China ha estado utilizando su poder económico para aislar a Taiwán en la arena internacional. Ha presionado a países y empresas a no hacer negocios con Taiwán y ha impedido que este país se una a organizaciones internacionales. Esto ha afectado significativamente la economía de Taiwán y su capacidad para competir en el mercado global.
En cuanto a la diplomacia, China ha estado trabajando arduamente para impedir que Taiwán sea reconocido como un país independiente. Ha utilizado su influencia y poder económico para persuadir a los países a romper relaciones diplomáticas con Taiwán y reconocer a China como la única China. Esto ha dejado a Taiwán con un número limitado de aliados en el escenario internacional.
Además, China ha estado llevando a cabo una guerra de percepción contra Taiwán, utilizando medios de comunicación y redes sociales para difundir información falsa y desacreditar al gobierno taiwanés. También ha utilizado su influencia en la industria del entretenimiento para promover la idea de que Taiwán es parte de China, lo que ha afectado la imagen y reputación de Taiwán en el extranjero.
En resumen, Taiwán ha estado enfrentando una serie de desafíos por parte de China en diferentes frentes. La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos ha sido solo una gota en el mar comparado con las presiones y amenazas que Taiwán ha enfrentado durante décadas. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, Taiwán ha logrado mantener su independencia y su democracia, y ha demostrado ser un país fuerte y resiliente.
Es importante que la comunidad internacional reconozca y apoye a Taiwán en su lucha contra la presión y la intimidación de China. Es necesario que se respete la soberanía de Taiwán y se le permita participar plenamente en la comunidad internacional. Solo así podremos garantizar una paz y estabilidad duraderas en la región de Asia-Pacífico.
En conclusión, la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos no ha sido el catalizador para una posible escalada en la acción de China hacia Taiwán. La realidad es que Taiwán ha estado enfrentando una presión constante de China durante mucho tiempo, y es importante que tomemos medidas para apoyar a Taiwán y defender su libertad e independencia.