El 11 de ayer, la procesión de la “Gran Dama de Dajia” del Templo Zhenlan de Taichung regresó a la ciudad de Changhua. Se detuvo brevemente en el Templo de la Diosa del Cielo de Changhua durante solo 5 minutos antes de partir. Debido a la gran cantidad de personas, los devotos tuvieron que cambiar de manos con frecuencia para cargar el palanquín, lo que casi hizo enojar a la alcaldesa de Changhua, Wang Huimei, quien gritó enojada: “¡Vamos despacio, no…”
La procesión de la “Gran Dama de Dajia” es un evento anual muy importante en Taiwán, que atrae a miles de devotos de todo el país. Este año, la procesión llegó a la ciudad de Changhua, donde se encuentra el famoso Templo de la Diosa del Cielo. La gente se reunió en las calles para dar la bienvenida a la procesión y mostrar su devoción a la deidad.
Sin embargo, debido a la gran cantidad de personas, la procesión se vio obligada a detenerse en el Templo de la Diosa del Cielo durante unos minutos antes de continuar su camino. Los devotos, ansiosos por cargar el palanquín de la “Gran Dama de Dajia”, se turnaban para llevarlo, lo que provocó cierta frustración en la alcaldesa Wang Huimei. Pero a pesar de esto, ella se mantuvo tranquila y recordó a todos que la seguridad era lo más importante y que debían ir despacio para evitar accidentes.
La procesión finalmente continuó su camino, con la “Gran Dama de Dajia” siendo llevada por las calles de Changhua. Los devotos, con sus manos sudorosas y cansadas, seguían adelante con determinación y devoción. La procesión es un símbolo de la fe y la perseverancia del pueblo taiwanés, que no se deja intimidar por los obstáculos y sigue adelante con sus creencias.
La alcaldesa Wang Huimei, a pesar de su breve momento de frustración, también mostró su apoyo y respeto por la procesión. Ella se unió a la multitud y caminó junto al palanquín, demostrando su devoción a la “Gran Dama de Dajia” y su compromiso con la comunidad.
La procesión de la “Gran Dama de Dajia” es un recordatorio de la importancia de la fe y la unidad en la sociedad. A pesar de las diferencias y dificultades, la gente se une para celebrar y honrar a sus deidades. Este evento también es una oportunidad para que la gente se reúna y se conozca, fortaleciendo los lazos entre la comunidad.
En resumen, la procesión de la “Gran Dama de Dajia” es un evento emocionante y significativo que demuestra la fe y la determinación del pueblo taiwanés. A pesar de los desafíos, la procesión continúa su camino, inspirando a todos a seguir adelante con sus creencias y unidos como una comunidad.
