El 1 de enero, la Fiscalía de Taipei ordenó a varias unidades policiales que realizaran 19 allanamientos en la Oficina de Policía de Taipei y la Estación de Policía de Wanhua, debido a sospechas de que estaban encubriendo actividades de juego ilegal en máquinas electrónicas. Además, se citó para interrogatorio al jefe de la División Administrativa de la Estación de Policía de Wanhua, al oficial Wu y al oficial Lin de la Oficina de Inspección de la Policía de la Ciudad de Taipei. Al mismo tiempo, se detuvo a cuatro operadores y empleados de máquinas electrónicas y se los trasladó para ser interrogados en la madrugada del 2 de enero.
La investigación se inició después de que se recibieran varias denuncias de que la Oficina de Policía de Taipei y la Estación de Policía de Wanhua estaban protegiendo a los operadores de máquinas electrónicas de la ley. Según las denuncias, los operadores de estas máquinas pagaban sobornos a los oficiales de policía para evitar ser arrestados y poder seguir operando ilegalmente.
La operación de allanamiento fue llevada a cabo de manera coordinada por varias unidades policiales, incluyendo la Unidad de Investigación Criminal, la Unidad de Investigación de Delitos Financieros y la Unidad de Investigación de Delitos de Alta Tecnología. Durante los allanamientos, se incautaron varias máquinas electrónicas y se recopiló evidencia para ser utilizada en la investigación.
Además, se descubrió que uno de los operadores de máquinas electrónicas era un oficial de policía en servicio activo, lo que aumentó las sospechas de que había una red de corrupción dentro de la fuerza policial de Taipei. El oficial fue detenido y se le inició una investigación interna.
El alcalde de Taipei, Chen Shih-chung, expresó su decepción y enojo por las acusaciones de corrupción en la fuerza policial de la ciudad. En una conferencia de prensa, aseguró que se tomarán medidas estrictas contra cualquier oficial de policía que sea encontrado culpable de corrupción y que se realizarán cambios en el sistema para prevenir futuros casos de este tipo.
Este escándalo ha generado una gran indignación entre los ciudadanos de Taipei, quienes exigen una investigación exhaustiva y una acción firme contra los responsables. La confianza en la fuerza policial de la ciudad ha sido seriamente dañada y se espera que se tomen medidas para restaurarla.
En conclusión, el operativo de allanamiento en la Oficina de Policía de Taipei y la Estación de Policía de Wanhua es un paso importante en la lucha contra la corrupción en la fuerza policial de la ciudad. Esperamos que se realice una investigación justa y que se tomen medidas para garantizar que la ley se aplique de manera justa y equitativa para todos los ciudadanos.
