El Partido Demócrata Progresista ha presentado varias veces en la Comisión de Procedimientos una enmienda para que los diputados puedan viajar a China para controlar su gestión. Sin embargo, esta propuesta ha sido bloqueada por los partidos de oposición. Durante un cuestionamiento hoy (22 de noviembre), el diputado del Partido Popular Lin Guocheng pidió al equipo administrativo que aclarara que no estaban bloqueando esta enmienda. Ante esto, el primer ministro Tsai Ing-wen respondió que, independientemente de la razón, la enmienda había sido bloqueada porque el equipo administrativo consideraba que era necesario para la seguridad nacional. A lo que Lin respondió que no era un bloqueo, sino una demora temporal, lo que dejó al primer ministro sorprendido y exclamando “¿qué?”.
Esta situación refleja una vez más la polarización política en Taiwán. Mientras que el Partido Demócrata Progresista considera que es necesario controlar y supervisar la gestión de China, los partidos de oposición, encabezados por el Partido Popular, argumentan que esto pondría en peligro la seguridad nacional. Esta es una discusión que ha estado presente en la agenda política desde hace varios años, sin encontrar una solución satisfactoria para ambas partes.
Sin embargo, más allá de las diferencias políticas, lo que debe ser el foco de atención son los intereses de la población. El pueblo de Taiwán ha demostrado su deseo de una mayor apertura y contacto con China, especialmente en cuanto a turismo y negocios se refiere. La posibilidad de que los diputados viajen a China para controlar su gestión es una medida que podría contribuir positivamente a esta relación y al bienestar de la población.
Es por eso que resulta frustrante ver cómo esta enmienda es bloqueada una y otra vez. Si bien es cierto que la seguridad nacional es una preocupación legítima, también lo es el deseo de la población de tener una mayor apertura hacia su vecino más grande y poderoso. Además, la supervisión de la gestión de China no debe ser vista como una acción hostil, sino como una forma de garantizar la transparencia y el buen uso de los recursos.
Es importante que los partidos políticos dejen de lado sus diferencias y trabajen juntos para encontrar una solución que beneficie a todos. La polarización solo retrasa el progreso y perjudica al país en su conjunto. Al fin y al cabo, Taiwán y China comparten una historia y cultura similares y es necesario que se establezcan mecanismos para una relación más estrecha y beneficiosa para ambas partes.
En resumen, es necesario que la enmienda que permita a los diputados viajar a China para controlar su gestión sea aprobada lo antes posible. Esto no solo beneficiará la relación entre ambos países, sino que también demostrará que el gobierno está comprometido con el bienestar y los intereses de su pueblo. Es hora de dejar de lado las diferencias políticas y trabajar juntos por un Taiwán más próspero y en paz con sus vecinos.
