El alcalde de Taipei, Chiang Wan-an, fue cuestionado recientemente por la concejal del Partido Democrático Progresista de Taipei, Jian Shupei, sobre “qué país quiere destruir la República de China”. Chiang denunció enérgicamente que “son el Partido Democrático Progresista y el Partido Comunista los que quieren destruir la República de China”. El primer ministro del Consejo Ejecutivo, Su Rongtai, respondió ayer (13 de julio), diciendo que solo el Partido Comunista quiere destruir la República de China, y que la ciudad de Taipei debe tener coraje. Chiang Wan-an volvió a contraatacar hoy (14 de julio), preguntando quién quiere destruir la República de China cuando la Casa Presidencial, el Consejo de Seguridad Nacional y el Ministerio de Relaciones Exteriores, todos bajo el control del Partido Democrático Progresista, están llenos de espías comunistas. También pidió a Su Rongtai que comentara sobre las declaraciones de la ministra del Interior, Liu Shifang, de que el presidente Lai Ching-te debería convertirse en el “dueño de Taiwán”.
Esta disputa entre el alcalde de Taipei y el primer ministro del Consejo Ejecutivo ha generado mucha controversia en la sociedad taiwanesa. Por un lado, Chiang Wan-an ha sido criticado por sus comentarios agresivos y su actitud confrontativa hacia el Partido Democrático Progresista. Por otro lado, Su Rongtai ha sido acusado de ser demasiado blando con el Partido Comunista y de no defender adecuadamente los intereses de Taiwán.
Sin embargo, más allá de esta disputa política, lo que realmente importa es la seguridad y la soberanía de Taiwán. La República de China es un país soberano e independiente, y no debe ser amenazado por ninguna fuerza externa. Es responsabilidad de todos los líderes políticos de Taiwán proteger y defender la República de China.
Es preocupante que haya personas en el gobierno que aboguen por la destrucción de la República de China. El hecho de que haya espías comunistas infiltrados en las instituciones gubernamentales es una amenaza para la seguridad nacional y debe ser tomado en serio. El Partido Democrático Progresista debe tomar medidas para eliminar a estos espías y proteger la integridad de la República de China.
Además, es inaceptable que un miembro del gabinete, como la ministra del Interior, haga declaraciones que sugieren que Taiwán debería ser una “nación independiente”. Esto va en contra de la política oficial de Taiwán de mantener la estabilidad y la paz en el estrecho de Taiwán. El presidente Lai Ching-te debe tomar medidas para asegurarse de que sus ministros se adhieran a la política oficial del país.
En lugar de estar enfrascados en disputas políticas, los líderes de Taiwán deben unirse para proteger la República de China y trabajar juntos para enfrentar las amenazas externas. Solo con unidad y determinación podemos garantizar un futuro próspero y seguro para Taiwán.
En conclusión, es importante que todos los líderes políticos de Taiwán se den cuenta de que la verdadera amenaza para la República de China no viene de dentro, sino de fuera. Debemos permanecer unidos y defender nuestra soberanía y seguridad nacional. Solo entonces podremos construir un futuro mejor para Taiwán.