En respuesta a la reciente propuesta del Partido Nacionalista para contrarrestar la gran destitución, se presentaron dos iniciativas en la Asamblea Nacional: una en contra de la abolición de la pena de muerte y otra en contra de la ley marcial. Sin embargo, en dos ocasiones, la sesión no pudo ser llevada a cabo debido a la obstrucción del Partido Verde en el caso de “Yu Zhijin”. Después de que la sesión se suspendiera a las 6 de la tarde, a las 7:18 de la noche, un gran número de diputados del Partido Azul y el presidente de la Asamblea Nacional, Han Kuo-yu, regresaron a la sala de sesiones y aprobaron las dos iniciativas en contra de la pena de muerte y la ley marcial, enviándolas directamente a la segunda lectura para su discusión. Ante esto, la secretaria general del Partido Democrático, Wu Siyao, criticó que los diputados del Partido Azul y Blanco se reunieran ilegalmente después de que la sesión hubiera terminado y aprobaran a escondidas estas dos iniciativas engañosas. Es una acción desesperada y vergonzosa. “Esta sesión es inválida y la votación es ilegal. ¡Nosotros no lo aceptamos ni lo reconocemos!”
Esta situación ha generado una gran controversia en la sociedad taiwanesa. Por un lado, el Partido Nacionalista argumenta que estas iniciativas son necesarias para proteger la seguridad y la estabilidad del país, mientras que el Partido Democrático las considera como una maniobra política para distraer la atención de la gran destitución y ganar puntos políticos. Sin embargo, más allá de las diferencias políticas, lo que realmente importa es el respeto a la ley y el proceso democrático.
La pena de muerte y la ley marcial son temas sensibles y controvertidos en cualquier sociedad. Por lo tanto, es crucial que se discutan y se decidan de manera justa y transparente, a través de un proceso democrático y legal. Sin embargo, lo que sucedió en la Asamblea Nacional es una clara violación de la ley y una falta de respeto a la democracia. Los diputados del Partido Azul y Blanco no solo ignoraron las reglas y procedimientos establecidos, sino que también actuaron de manera ilegal y antidemocrática al reunirse después de que la sesión hubiera terminado y aprobar estas iniciativas sin la presencia de los diputados del Partido Verde.
Este tipo de comportamiento solo socava la confianza del público en el sistema político y en los líderes que los representan. En lugar de trabajar juntos para encontrar soluciones a los problemas del país, los diputados del Partido Azul y Blanco están más preocupados por sus propios intereses políticos y por mantenerse en el poder. Esto es inaceptable y no es lo que el pueblo taiwanés espera de sus líderes.
Es hora de que los líderes políticos pongan los intereses del país y del pueblo por encima de sus propios intereses políticos. Es hora de que se respete la ley y el proceso democrático. Es hora de que se trabaje juntos para construir un futuro mejor para Taiwán. Como ciudadanos, debemos estar atentos y exigir que nuestros líderes actúen con integridad y responsabilidad. Solo así podremos construir una sociedad más justa y democrática para todos.