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美中貿易戰2.0 外媒爆北京「1戰略王牌」看誰撐得久

El conflicto comercial entre Estados Unidos y China sigue aumentando en intensidad, con la Casa Blanca confirmando el 10 de diciembre que impondrá aranceles de hasta el 145% a los productos importados de China. A continuación, China también anunció que impondrá aranceles del 125% a todos los productos importados de Estados Unidos. Los medios de comunicación extranjeros han analizado que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha reducido su objetivo de la guerra comercial a China, mientras que las autoridades de Beijing han enfatizado que no cederán en absoluto. Esto puede estar relacionado con un fuerte sentimiento nacionalista.

La tensión entre Estados Unidos y China ha aumentado en los últimos meses, con ambos países aumentando los aranceles y tomando medidas comerciales en respuesta a las acciones del otro. Esta última ronda de aranceles es solo una escalada más en la guerra comercial entre las dos principales economías del mundo.

El objetivo inicial de Estados Unidos era reducir su déficit comercial con China, que alcanzó un récord de $375 mil millones el año pasado. Sin embargo, ahora parece que la verdadera motivación detrás de los aranceles es forzar a China a hacer cambios en sus políticas comerciales y económicas. Esto ha llevado a muchos a preguntarse si el presidente Trump está utilizando la guerra comercial como una herramienta de negociación o si realmente está buscando una confrontación a gran escala con China.

Del lado chino, parece que las autoridades están decididas a no ceder ante las demandas de Estados Unidos. El presidente Xi Jinping ha declarado en varias ocasiones que China no se someterá a la presión de Estados Unidos y que está dispuesta a luchar hasta el final para defender sus intereses. Esto puede estar motivado por un fuerte sentimiento de orgullo y patriotismo en el país, ya que China ha surgido como una potencia económica y política en las últimas décadas.

Sin embargo, la escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y China no solo afectará a estos dos países, sino que también tendrá un impacto en la economía global. La incertidumbre y la volatilidad en los mercados financieros ya han sido evidentes en los últimos meses y se espera que continúen si la situación no se resuelve pronto. Además, las empresas y los consumidores en ambos países se verán afectados por los aranceles y es probable que se produzcan aumentos en los precios de los productos.

Es importante que ambas partes busquen una solución pacífica y mutuamente beneficiosa a este conflicto comercial. Mientras tanto, el resto del mundo debe permanecer vigilante y tomar medidas para minimizar el impacto en sus propias economías.

En conclusión, la guerra comercial entre Estados Unidos y China sigue aumentando en intensidad y parece estar motivada por factores más allá del comercio. Mientras tanto, es importante que todos los países involucrados trabajen juntos para encontrar una solución y evitar mayores daños a la economía global.

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